Continuar.

Límpiate la cara, sécate las lágrimas, levanta la cabeza y ponte a caminar, sin mirar atrás. A tu lado un ángel, arriba una madre y adelante un Dios que te espera acogedor.

Estoy hundido en el fango del

abismo y no puedo hacer pie; he

caído en las aguas profundas, y me

arrastra la corriente.

Pero mi oración sube hasta ti,

Señor, en el momento favorable:

respóndeme, Dios mío, por tu gran

amor, sálvame, por tu fidelidad.

Yo soy un pobre desdichado, Dios

mío, que tu ayuda me proteja:

así alabaré con cantos el nombre de

Dios, y proclamaré su grandeza

dando gracias;

Que lo vean los humildes y se

alegren, que vivan los que buscan

al Señor:

porque el Señor escucha a los

pobres y no desprecia a sus

cautivos.

2011

Comienzan las fiestas de fin de año, es un momento de reflexión, reflexión en torno a Dios, en el sentido que este 25 de diciembre es un momento de meditar en como nuestro señor, siendo todopoderoso se encarna en un frágil y vulnerable bebé, como María, su madre, siendo tan joven es capaz de dar el sí que cambiará por siempre los destinos de la humanidad, para hacerla más humana…sí, son demostraciones de una humildad y sencillez extremas, cosas simples que cambian el mundo. ¿Somos capaces de dar el sí hoy a dios? ¿Abandonar nuestras aspiraciones y deseos por el prójimo? Sin pancartas, sin ONGs, sin partidos ni banderas, sólo con amor…


Por otro lado la fiesta de fin de año es una oportunidad para resumir el año que ha pasado, las cosas que hicimos y las que dejamos de hacer.